miércoles, 15 de octubre de 2014

Posted by Fernanda Posted on 12:35 | No comments

#VeoVeo: Catherine viaja con Mafalda

Catherine está aprendiendo a leer y a escribir en más de un idioma. Por eso, entre viaje y viaje, ejercita sus habilidades con las historietas de  Mafalda. Ahora está interesada en uno de los primeros libritos, y no deja de mirar unas viñetas que le gustan mucho, aquellas que cuentan los viajes de Mafalda por los lagos del sur.

Catherine llega a Cutral-có
Aunque Catherine no conoce todavía esos lugares, sospecha que un viaje similar le pertenece a su destino.  Se pone muy contenta cuando se da cuenta de que comparte con Mafalda, además del amor a los helados, un recorrido por la zona donde el petróleo no es más que  un oro escondido con gusto a  "panorama espeso".

El carrito de Manolo, cerca de Plaza Huincul, en la zona del petróleo
Hace un tiempito, Catheriney su amiga Violeta decidieron salir juntas, para visitar la zona de la pre-cordillera y conocer el interior de la provincia de Neuquén. Después de mirar mapas y planificar un itinerario, se largaron a la aventura en colectivo.

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Primero tienen que llegar a Neuquén Capital. Apenas salen de allí, en dirección oeste, las chicas encuentran un paisaje cada vez más ocre y más árido. Cerca de un lugar llamado Arroyito, las detienen unos perritos, entrenados para buscar mercancías extrañas, pero como todo perrito, felices y dispuestos a hacer nuevos amigos.

Las chicas están cerca de Arroyito

El perrito controla los equipajes
Catherine y Violeta llegan finalmente a destino, la ciudad de Zapala. Lamentablemente, no pueden ver en funcionamiento el tren  -punta de riel- que por muchos años fue orgullo de la ciudad. Sin embargo, pueden conocer muy bien  al señor viento, quien les deja los dientes llenos de arenillas y el pelo bastante despeinado.

Llegamos a Zapala
Por suerte, en su segundo día de estadía, el señor viento está de buen humor y les permite salir un rato a caminar. Así las chicas pueden tomar el colectivo Tumza, conocer la plaza de los bueyes y visitar algunos amigos para irse de copas.

Vamos caminando por las veredas zapalinas
Lástima que algunas fotos se perdieron, pero siempre quedará el recuerdo de esta bonita ciudad y de su aledaña Covunco.